Ente millones somos y al fin la cuenta justa que da el anonimato nos sorprende perdidos. Mas tú sabes también que al enfrentarse al mundo dos rostros que se aman sólo sus ojos son los que saben hablar cuando se encuentran, al giro de un segundo, aunque millones sean las miradas.
A veces tengo otra identidad, porque soy cada uno de los personajes que viven en mis historias. Cuando me transformo en ellos visito los rincones de ciudades en las que ellos viven y que yo, hasta ese momento desconocía. Puedo ser un hombre o una mujer, creer en dioses diferentes o no creer en nada. …
He de confesar que no sé si creo en que hay algo más, después de la existencia de lo que ha sido un cuerpo; que haya una continuación de los seres que habitamos este planeta en algún lugar impreciso. Al mismo tiempo diría que hay momentos en los que afirmaría que así es. Todo sucede …
