He de confesar que no sé si creo en que hay algo más, después de la existencia de lo que ha sido un cuerpo; que haya una continuación de los seres que habitamos este planeta en algún lugar impreciso. Al mismo tiempo diría que hay momentos en los que afirmaría que así es. Todo sucede en el tiempo en el que ha de suceder. La mano que apresura no ha de encontrar antes otra mano que asida de ella quede. Nunca antes del tiempo en el que el destino tenga previsto que suceda. Al menos creo que es necesario invitar a saber que una mujer, Oniria, me contó una experiencia de la que el lector, y sólo él, ha de sacar sus propias conclusiones.
Busco historias y en el camino me sorprendo. En el año 2014 una mujer me pidió que escribiera sobre algo inaudito para mí. Ella tuvo una experiencia paranormal. Ella, a la que llamo Oniria, me hizo indagar sobre la figura de una mujer extraordinaria que vivió en el siglo XIV. No me planteo mi credibilidad ante la historia que Oniria me narró. Me limito a ser una mediadora.
Dos mujeres tuvieron una conexión. Oniria vive en nuestros días y su contacto, desde el más allá, fue una persona extraordinaria. Catalina de Siena aparecía en forma de luz. Catalina fue una mujer que hizo una labor humanitaria digna de ser conocida. Yo decidí mostrar su labor. Mi encuentro con la existencia de esta mujer me causó respeto y admiración hacia ella.
El resultado de mi labor como escritora es mi libro al que titulé ‘Llegó en la luz’.
Os espero con vuestros comentarios